Pues eso, llegamos a Riba de Saelices, ignorantes de lo que allí pasó en el 2005, preguntamos por la Cueva de los Casares y nos dieron las indicaciones oportunas con la información adicional de que ya no podían visitarse, pues el cicerone se jubiló el pasado septiembre y con los recortes no se ha contratado a uno nuevo.
La Cueva de los Casares parece ser una de las primeras en las que existen representaciones del ser humano y, más concretamente, del ser humano realizando la cópula, no sólo en pinturas sino en grabados. Fue una lástima no poder visitarla.
Como ya he dicho la cueva estaba cerrada, pero a sus pies pueden observarse las ruinas bajeras de un poblado hispano-musulman del s.X y justo encima de la cueva, una torre del mismo siglo. A los pies de la colina se encuentra el área recreativa donde se inició el incendio, ahora sólo cuenta con unas mesas y la fuente; las barbacoas fueron desmanteladas.
Cuando Rafa terminó de comer me lo eché a la mochila y nos adentramos en el Valle de los Milagros remontando el curso del Río Linares, el cual tuvimos que vadear varias veces, aunque no supuso ningún problema pues no llevaba mucha agua. La entrada al valle es un cañón con altas paredes de areniscas y conglomerados de colores rojizos.
En la última foto se ve por dónde discurre el camino queriendo sortear la loma. Justo en ese punto el camino se divide, pero hemos de estar atento a los postes de color rosa que indican la ruta para continuar hacia la Cueva de la Hoz y no continuar por la pista que comienza a subir por la loma, el carril de los Milagros, que nos llevaría a Santa María del Espino. Sin embargo, como ya dije, en esta ocasión no llevaba mapa pues la ruta era muy sencilla y estaba marcada. Nunca nos debemos fiar. En el punto de la bifurcación hay un poste y otro unos metros más allá, pero si vas distraído continúas por el carril, como nos sucedió a nosotros.
Tras un par de kilómetros, más o menos, nos encontramos con una extraña escultura.
Tras lo que nos encontraríamos después, podemos pensar que se trata de otro homenaje al retén. Al fondo a la izquierda se ven unas piedras: son las ruinas de la majada donde se encuentran las rosas.
Todavía persistiríamos más en nuestro error caminando un rato, hasta que consideramos que el viento era demasiado fuerte y frío para Rafa, así como que se acercaba la hora de comer, de modo que nos dimos la vuelta para comer de cara a los Milagros. Como podéis ver en la foto el nene se nos quemó un poquito:
Tras la comida emprendimos la vuelta por el mismo camino que habíamos llevado, ahora, eso sí, pudiendo hacer unas estupendas fotos de los puntales iluminados por el sol de la tarde.
Después volvimos a Riba de Saelices para dar una vuelta por el pueblo. Nos tomamos un café y volvimos a Maranchón.
Paco no te preocupes por no haber podido visitar la Cueva de los Casares, nosotros estuvimos hace un par de años con una amiga arqueóloga que conocía al señor guía y puf!! nos tiramos 3 horas allí dentro porque el abuelete veía vulvas por todas partes! demasiado tiempo en la cueva ...
ResponderEliminarMaite.